Hay tantas razones para venir a La Palma que resulta difícil resumirlas aquí. La isla es lo suficientemente generosa en atractivos como para contentar a los amantes de la naturaleza, del deporte, de la cultura, de la buena mesa, de las compras y de todo a la vez.
Para empezar, La Palma cuenta con una naturaleza privilegiada, que ha merecido su declaración como Reserva Mundial de la Biosfera de la UNESCO en noviembre de 2002. Un Parque Nacional, 19 espacios naturales protegidos (que suman el 35% de su superficie), decenas de playas de arena negra y sus espectaculares paisajes volcánicos dan fe de la importancia natural de la isla. Su clima suave y estable convierte en aconsejable cualquier época del año.
Por todo ello, La Palma es también un lugar privilegiado para los amantes de la aventura y las actividades deportivas. Por tierra, mar y aire, la isla es un lugar ideal para los visitantes que quieren un contacto más estrecho con el aire libre. Entre las múltiples ofertas de turismo activo hay sitio para el senderismo, la hípica, el parapente, las bicicletas de montaña, el submarinismo y las excursiones marítimas .
Pero la nuestra es también una isla de ricas tradiciones culturales, con fiestas centenarias, una extensa red de museos, una exquisita herencia artesana, un importante patrimonio arquitectónico y senderos que han visto pasar los siglos. Para los amantes de las compras, La Palma ofrece interesantes oportunidades en forma de centros comerciales abiertos y fiscalidad reducida. Y finalmente, la isla ofrece a sus visitantes una variada oferta gastronómica, con influencias de la cocina castellana, portuguesa, criolla e incluso prehispánica.