De regreso cogemos una desviación señalizada a la izquierda, que nos lleva de nuevo en dirección al aparcamiento. Hay un pequeño desnivel de unos 50 metros que debemos recuperar al final, pero a cambio podremos disfrutar del Mirador de Los Roques, que se asoma a Rivanceras bajo la sombre de dos enormes espolones pétreos.